Cocina y Poesía
Hace muchos años que ademas de cocinar y hacer pan, me gusta escribir...como el arte de mezclar ingredientes, me inspira, me emociona y este es uno de aquellos resultados. Ojalá les guste y los inspire, yo me di cuenta que a veces, la cocina tiene mucha poesía y viceversa... Ah! y si te vas a tomar el trabajo de leerlo, hacelo en VOZ ALTA, no existen comas ni puntos, vos le das sentido a las palabras...apaaaaaaa
La cocina
Preparar el corazón hasta hervir con
los alcauciles olvidados
cuidando que la masa tome consistencia
de sueños truncados
aceitados
enharinados
Marinar la vergüenza en el recoveco
de la hornalla prendida
y a fuego lento deshacer la cebolla
con delicia primaria
Es sabido que el calor viene del centro mismo
Hojaldrar una y mil veces el amor sobre la mesa
como la primera vez que la manzana se caramelizó
con los sueños en la vigilia de la noche
Dejar reposar los arrebatos de la espinaca
por el instante infinito del tiempo
por el sentido divino de las remolachas
por el agua que lava incesante mi soledad
sobre un sin fin de zapallitos verdes
Seguir la receta con los cucharones atentos
a salvar condimentos involucrados
al dente
amasando una audaz experiencia del leudado
de un dolor de sésamo y amapola
horneado al máximo
hasta quemarse de angustias de oliva
la cáscara la corteza
convirtiéndose en tomillo lejano la ausencia
de tu boca pimienta
salvia saliva
origen orégano
azar zanahoria
ciboulette si volvieras
A ser el romero de mi destino incierto
a ser encendido entre los brazos del apio distante
de tu cuerpo y tener a pesar de todo
la certeza de morir en tu boca.
Francisco Martinez
"Poesía para no morir"
La cocina
Preparar el corazón hasta hervir con
los alcauciles olvidados
cuidando que la masa tome consistencia
de sueños truncados
aceitados
enharinados
Marinar la vergüenza en el recoveco
de la hornalla prendida
y a fuego lento deshacer la cebolla
con delicia primaria
Es sabido que el calor viene del centro mismo
Hojaldrar una y mil veces el amor sobre la mesa
como la primera vez que la manzana se caramelizó
con los sueños en la vigilia de la noche
Dejar reposar los arrebatos de la espinaca
por el instante infinito del tiempo
por el sentido divino de las remolachas
por el agua que lava incesante mi soledad
sobre un sin fin de zapallitos verdes
Seguir la receta con los cucharones atentos
a salvar condimentos involucrados
al dente
amasando una audaz experiencia del leudado
de un dolor de sésamo y amapola
horneado al máximo
hasta quemarse de angustias de oliva
la cáscara la corteza
convirtiéndose en tomillo lejano la ausencia
de tu boca pimienta
salvia saliva
origen orégano
azar zanahoria
ciboulette si volvieras
A ser el romero de mi destino incierto
a ser encendido entre los brazos del apio distante
de tu cuerpo y tener a pesar de todo
la certeza de morir en tu boca.
Francisco Martinez
"Poesía para no morir"